¿Servidor en la nube o servidor dedicado?
Si no tienes mucha experiencia en el tema, no te será fácil responder, pues puede resultar una cuestión compleja.
Pero si ya cuentas con conocimientos en la materia, la dificultad radicará en elegir adecuadamente conforme a tus necesidades como empresa, pues ambas tipologías ofrecen pros y contras que hacen decantar la balanza de uno u otro lado según el sitio web.
A resolver este dilema dedicamos estas líneas, para que puedas hacerte con la mejor opción. Toma nota.
Diferencias entre un servidor en la nube y uno dedicado
Antes de entrar a analizar pros y contras, conviene acotar ambos conceptos.
La principal es que en un servidor en la nube, también llamado Cloud VPS en ocasiones, el usuario comparte la máquina con otros usuarios, a pesar de que dicha máquina haya separado virtualmente su espacio para cada uno.
Esa partición se realiza para que ninguno de esos usuarios pueda perjudicar al resto de los allí alojados, pues todos tienen sus límites (espacio en disco, memoria RAM, etc.) claramente marcados.
En cambio, el servidor dedicado es una máquina asignada o ‘dedicada’ exclusivamente a un solo usuario.
Es decir, no hay otros usuarios alojados en su servidor, por lo que tiene un control total sobre sus componentes de hardware y de software.
Pros y contras de cada uno de ellos
Los servidores dedicados son la opción elegida por muchos sitios web de eCommerce, especialmente los que tienen un gran volumen de tráfico y transacciones, o bien los que manejan información especialmente sensible.
Esta elección se debe a que el nivel de seguridad que ofrecen no tiene comparación con otros tipos de servidores, incluido el Cloud VPS: el único e hipotético riesgo es de carácter físico, es decir, relacionado el data center donde se encuentre la máquina (incendios, robos, etc.).
Y esto es algo realmente complicado, pues las compañías de hosting con data center propio tienen unos estándares de seguridad extremadamente altos.
En cambio, un servidor en la nube no consigue ofrecer unos niveles de seguridad similares puesto que parte de ese riesgo puede llegar por los ‘vecinos de máquina’, a pesar de que las particiones virtuales son actualmente muy efectivas.
Por este motivo, este tipo de servidores se suelen reservar a pequeñas tiendas online y sitios web que no manejan información sensible.
Como decíamos, con un servidor dedicado el usuario tiene un control absoluto sobre la máquina.
Eso significa libertad total en el acceso a ella, pero también en cuanto a la instalación de sus componentes de hardware: ampliaciones de RAM, de disco duro, modificaciones de la CPU, etc.
No obstante, hay que tener en cuenta que para poder llevar a cabo estas tareas, será necesario tener grandes conocimientos y tiempo para invertir en ello, o bien delegar esa la gestión de dicho equipo en personal técnico propio o externo, con los costes que eso implica.
Reaccionar con prontitud ante cualquier fallo del sistema será clave para garantizar unos buenos niveles de continuidad de servicio y de disponibilidad de datos.
Por el contrario, un servidor en la nube suele caracterizarse por unos buenos niveles de disponibilidad y continuidad, dado que dichos datos suelen distribuirse entre varias máquinas físicas conectadas entre sí en la nube.
En cualquier caso, esto último depende en buena medida de la compañía de hosting con la que contrates tu paquete, pues la marca de los componentes y los protocolos de seguridad varían de una a otra. Infórmate de sus garantías y de los niveles de continuidad y fiabilidad que tu compañía pueda acreditar.
Por todo ello, los servidores en la nube pueden resultar una opción interesante si se tiene un presupuesto reducido y si se busca una gran escalabilidad de cara al futuro.