Día sí y día también me encuentro con empresas tradicionales que tiene una buena trayectoria y quieren empezar a tener una presencia en internet para ganar más clientes y más ventas.
El problema es que no le dan la importancia que se merece y suelen encargar ese salto a internet a gente que no está especializada en marketing online o en diseño web.
Lo típico es que el sobrino del dueño se encargue de la web y de crear algunos perfiles en las redes sociales. Otro caso común es que le pasen el marrón al empleado que más tiempo se pasa en Facebook.
Al final, como en todo, el coste de oportunidad es grande, ya que en la mayoría de los casos no se obtienen resultados y la presencia de la empresa en internet suele ser bastante pobre y poco profesional.
Aquí te traigo los 5 errores que más que suelo encontrar, así que presta atención para no cometerlos:
Tabla de contenidos
1. No ser el dueño de tu página web
Con esto me refiero a que no eres el dueño del nombre del dominio o de la plataforma en la que publicas tu página web. Un claro ejemplo de esto son las empresas que montan su web oficial en sitios como blogger, weebly, wix, etc.
Por no querer invertir unos pocos euros, la imagen que tiene tu negocio en internet puede ser algo como fontaneriapaco.weebly.com
El hecho de utilizar estas plataformas en un principio puede cumplir con las 3 B (bueno, bonito, barato), pero créeme que a la larga es contraproducente. Invierte un poco en tener tu propio nombre de dominio y en contratar un hosting profesional donde tener tu web.
No digo ya nada de la impresión que da seguir viendo hoy en día en las tarjetas de visita profesionales direcciones de email como electricista1978@hotmail.com ¡Por dios! Te gastas más en una noche de copas que lo que cuesta tener todo esto bien hecho durante un año.
2. No publicitar tu propia página web
Si utilizas estos servicios gratuitos y realizas algunas acciones de publicidad, ya sea imprimir flyers o tarjetas con la dirección de tu web, realmente estás llevando visitas a la página que ofrece esos servicios.
Casi todas suelen incluir un pie de página con un enlace o algún banner anunciando que esa web fue diseñada utilizando los servicios de la empresa de turno.
Eso sin hablar de que no lograrás posicionar tu página en los buscadores, sino la de la empresa que ofrece esos servicios. Normalmente realizar trabajo en materia SEO con estas páginas es casi tirar el dinero (y si ni te habías gastado unos euros en registrar tu propio nombre de dominio, no vayas ahora a hacer esto).
3. No medir absolutamente nada
No pocos son los que se ponen manos a la obra, montan la web, crean los perfiles en las redes sociales, empiezan a hacer cosas (un poco a ver que pasa), a publicar fotos, vídeos, etc. pero no miden absolutamente nada.
Existen multitud de páginas y blogs que te recomiendan tener presencia en las redes sociales, publicar artículos en tu blog, crear videos para youtube, etc. Tu vas haciendo las cosas que te parecen más correctas, pero al final no obtienes resultados.
El problema que se esconde tras todo esto, es simplemente que no estás midiendo tus acciones. Es muy importante que midas los resultados cuando estás probando alguna estrategia o llevando a cabo algún plan, porque sino ¿cómo vas a saber si funciona o no? o cuál puede ser la razón por la no funciona.
Si averiguas qué es lo que te ayuda a obtener resultados tangibles, podrás repetir el proceso las veces que sea necesario.
4. No saber qué demonios se está haciendo
Este es el punto clave del asunto. La mayoría de empresas que dan el salto a internet sin la ayuda de un profesional (o sin haber estudiado a fondo cómo hacerlo) suelen ir dando palos de ciego. Como te comentaba antes, lo normal es leer algo en un blog y probarlo. Seguramente no funcionará y pensarás que ese truco es una patraña.
Lo cierto es que hay muchas cosas que funcionan y muchas que no. Pero si no cuentas con una estrategia definida y con un objetivo claro, siempre irás de flor en flor probando cual es la nueva megatécnica de marketing online de moda.
5. Estar muy ocupado o simplemente tener pereza
Yo lo suelo decir mucho: si no vas a tener tiempo para publicar en Facebook y twitter, mejor no te abras los perfiles. No hay nada que de más mala imagen en internet que esos perfiles de empresa en los que solo se ha publicado un mensaje o una foto de la cesta de navidad de hace 3 años.
Lo mismo pasa con un blog. Si no vas a tener tiempo de publicar artículos de forma constante, mejor déjalo. Se que el día a día de cualquier negocio es lo suficientemente entretenido como para luego estar pensando en escribir artículos, publicar en las redes sociales, etc. Por eso es que existen los community managers, los bloggers, los consultores de marketing, etc.
Si no quieres invertir en un profesional, está bien. Te cuento un truco: divide las tareas entre diferentes personas de tu empresa. Seguro que todos podéis escribir 1 artículo de 500 palabras al mes. O que alguien se encargue del perfil de Facebook y otro del de twitter, compartiendo cosas interesantes acerca de la empresa o el negocio.
El secreto está en interiorizar estas tareas para que formen parte del día a día.