Aunque suene raro, la verdad es que puedes despedir a tus clientes. De hecho hay ocasiones en las que es indispensable hacerlo si quieres continuar con tu negocio y no hundirte en la miseria.
Normalmente se suele hablar sobre cómo lograr más clientes, no de cómo despedirlos.
Así que hoy voy me voy a meter un jardín polémico y voy a hablar sobre algo que muy pocas veces se dice en público.
Si tienes un pequeño negocio o eres freelance, seguro que sabrás a lo que me refiero cuando hablo de despedir clientes.
Tabla de contenidos
¿Por qué habría que despedir a un cliente?
Vamos a empezar diciendo que no es fácil llegar al punto de tener que despedir a un cliente, que no es más que decirles que vamos a dejar de trabajar con ellos.
Empecemos viendo cómo identificar un cliente candidato al despido procedente:
- Es un cliente que literalmente dinamita tu productividad mareándote con sus problemas.
- Es un cliente que te complica tu vida.
- Es un cliente que te consume tu tiempo.
- Es un cliente que te agobia con llamadas todos los días y te cuenta chorradas.
- Es un cliente que siempre te da problemas a la hora de pagar.
- Es un cliente que exige mucho más de lo que está dispuesto a pagar.
- Es un cliente que se cree que solo tienes ese cliente y por lo tanto debes hacer el trabajo inmediatamente.
Al principio, este tipo de clientes son como los demás. Por eso es complicado verlos venir.
Tu le explicas tu forma de trabajar, tus condiciones, etc. y él parece entenderlo a la perfección. De hecho, no suelen poner muchas pegas.
El caso es que llegados a un punto, la cosa empieza a complicarse. Empiezan a pedir cosas de las que no se había hablado (incluso llegan a exigirlas), empiezan a agobiarte a llamadas, emails, mensajes, empiezan a tener mucha prisa, en cambio los pagos se atrasan, etc.
Ahí es cuando llegas al punto en que normalmente piensas que te has quedado corto con el presupuesto inicial que hiciste. Pero claro, no puedes cortar por lo sano.
Hay gente que sí que es capaz de cortar por lo sano y otra gente que se ve incapaz de rechistarle a un cliente, porque ya sabes eso de que “el cliente siempre tiene la razón”.
Muchos piensan que hay que estar trabajando con un cliente hasta el final, caiga quien caiga y aunque se pierda dinero por el camino, simplemente por que piensan que de no hacerlo estarán manchando su imagen.
Yo la verdad es que no pienso así.
[alert-success]De hecho, pienso que en según que circunstancias, despedir a un cliente es algo bueno para tu negocio.[/alert-success]
Deshacerte de un cliente no tiene porque porque ser algo negativo que afecte a tu integridad como profesional. Al contrario, es una forma de reforzar tus valores y tu forma de trabajar al decir “no” a cosas que no quieres hacer.
Tampoco te convierte en mala persona o alguien que deja tirado a un cliente.
Normalmente, antes de llegar al punto de despedir a un cliente, se intenta dialogar y buscar soluciones que satisfagan a ambas partes. Si el cliente no quiere entrar en razón, creo que es un signo de madurez profesional negarte a seguir con esa relación tóxica.
Vamos a ver ahora las razones por las que deberías despedir a un cliente:
1. El precio no es el correcto
Normalmente los freelances que empiezan, buscan encontrar un hueco en el mercado buscando nuevos clientes.
Es de vital importancia para alguien que empieza lograr que la gente hable y recomiende los servicios. Es por eso que muchos caen en el error de empezar con tarifas y precios demasiado bajas.
Si lo piensas bien, es lógico pensar en cobrar menos si no tienes mucha experiencia. Simplemente ten en cuenta que seguramente no podrás mantener esos precios eternamente.
¿Cuándo no es el precio correcto?
- Cuando el cliente es el que te ofrece a ti las tarifas bajas, independientemente de tu experiencia
- Cuando el cliente no está dispuesto a pagar un adelanto
- Cuando el cliente quiere renegociar a mitad del trabajo un presupuesto que ya se había aceptado
2. El cliente exige demasiado
Esto seguramente ya lo habrás experimentado en alguna ocasión. Esos clientes que piden y piden, exigen y exigen, hasta el punto en que te sientes como si fueras una marioneta.
La verdad es que el hecho de que un cliente pida cosas no es algo raro, de hecho, la mayoría lo hacen.
¿Cuándo un cliente pide demasiado?
- Si te llama o te manda emails cada día varias veces, preguntando cuánto te falta para terminar o cuánto has hecho ya.
- Si te agobia tanto que te desconcentra y no te deja trabajar tranquilo
- Cuando se salta a la torera acuerdos previos y exige cosas que no se habían hablando anteriormente
3. El cliente te falta el respeto o te insulta
Creo que esta parte es la más evidente de todas, pero incluso llegados a estos extremos, conozco casos de colegas que seguían trabajando con sus clientes aunque les habían faltado el respeto.
Así que no te tiemble el pulso para despedir a un cliente cuando:
- Empieza a utilizar un lenguaje ofensivo contigo
- Te cuestiona tu ética, te hace comentarios racistas, etc.
- Te insulta directamente.
Yo esto no lo tolero en absoluto. Si un cliente se llega a pasar de la raya, corto por lo sano y no me valen las excusas.
La verdad es que no necesitas gente así como clientes. Da igual el dinero que haya en juego.
Recuerda que seguramente una de las razones por las que montaste tu propio negocio o te hiciste freelance es precisamente para no tener que aguantar a jefes que se pasan de la raya.
[alert-success]No dejes que tus clientes se conviertan en jefes.[/alert-success]
Una cosa muy importante respecto al tema de los insultos, es que tu nunca debes rebajarte. Aunque el cliente te haya insultado a ti mil veces.
Tu ante todo debes ser un profesional, así que actúa como tal. Ya se que hay veces que entran ganas de devolver la pelota, pero mejor tener sangre fría.
4. El cliente pasa de todo
No suele ser lo habitual, pero yo en mi carrera me he encontrado con alguno.
Es un tipo de cliente que parece que nunca está disponible para nada y siempre pasa de ti.
Parece que no le importa si necesitas tener una reunión y suele ignorar llamadas y emails sistemáticamente.
Al principio parece algo bueno (parece), porque piensas “que bien, este cliente no me atosiga”. Pero es que luego te das cuenta de que si lo necesitas para realizar alguna parte del trabajo, no hay manera de localizarlo y todo el trabajo se retrasa.
Recuerda que la buena comunicación es la clave de cualquier relación. Aunque esto se trate una relación profesional, no deja de ser menos importante contar con una buena comunicación.
Simplemente piensa que si es misión imposible localizarlo para tratar temas del trabajo, ¿qué pasará cuando tengas que localizarlo para que te pague?
Mejor no llegar a ese punto.
¿Cómo despedir a un cliente?
Hasta ahora te he hablado de las razones por las que podría darse el caso de tener que despedir a un cliente.
Ahora vamos a ver cómo puedes hacerlo llegado el momento.
Despedir a un cliente puede llegar a ser algo bastante complicado. Sobretodo cuando tienes que hablar con él y sabes que es algo que tienes que hacer sí o sí.
Si por miedo o falta de confianza vas aplazando el momento, te aseguro que las cosas no van a mejorar, al contrario.
Despedir a un cliente no es algo que sea del gusto de nadie. No hay un forma perfecta de hacerlo, pero tenemos que tratar de ser lo suficientemente profesionales para hacerlo.
Aquí tienes algunas recomendaciones:
- Díselo sin rodeos, sin adornos. Por ejemplo: “Creo que ha llegado el momento de terminar nuestra relación laboral”.
- Agradécele la confianza que ha depositado en ti y los trabajos realizados.
- Escribe un email o una carta explicando las causas y formalizando la decisión.
- Explica tus razones claramente.
- Si puedes, recomiéndale a otro profesional que pueda hacer el trabajo.
Conclusiones
Despedir a un cliente no plato de buen gusto. Pero es que no hacerlo si es necesario, es incluso peor solución.
Como freelance o dueño de un negocio pequeño, te verás obligado a tomar decisiones incómodas muchas veces si quieres que tu negocio no se hunda.
Así que si crees que debes despedir a un cliente, hazlo ahora o sufre después. Tu eliges.
Hola José, buenos días.
Acabo de leer este maravilloso artículo tras un despido de un cliente, el cual se dedicado a faltarme el respeto y meterse conmigo ya en lo personal.
Yo no digo que yo sea perfecta, y que no haya podido fallar. Que sí, que seguro que he hecho cosas mal. Pero cuando la paciencia ya llega a un punto que no puedes más, y terminas la relación con este cliente de la mejor manera posible y tras ello se dedica a insultarte y a decir barbaridades… ¡Ufff! Madre mía, qué mal se pasa. Y leyendo este artículo me encuentro un poco mejor. Gracias, de verdad.
Hola Elena, siento lo que te ha ocurrido con tu ex cliente. Por desgracia nadie nos enseña a “despedir” a los clientes tóxicos.
Piensa que la próxima vez ya no aguantarás tanto. ¡Un abrazo!